domingo, 11 de enero de 2015

Querida Alina

Arrogancia no significa pasotismo.


Alina era una chica cualquiera, despreocupada con todo el mundo y lo único que le importaba era divertirse, pasarlo bien. Odiaba que le dijesen que hacer, quería ser independiente, una chica libre y sin compromisos con nadie. 
Un día conoció a un hombre mayor, ella estaba sentada en un banco cerca de su casa esperando a una amiga, entonces aquel hombre, sin ningún motivo, empezó a contarle la triste historia sobre como había perdido a su mejor amigo a los 20 años. No le importaba que le contase dicha historia y tampoco mostró sentimiento alguno tras escucharla, seguía siendo esa chica fuerte de siempre pero dentro de sí no sentía lo mismo que expresaba, aquella historia era muy triste.
Alina sentada en su escritorio empezó a escribir la triste historia que aquel hombre le había contado, se sentía inspirada y libre haciendo algo que le gustaba, escribiendo. Aquel día se dio cuenta de que podía hacer lo que le gustaba aun contraponiendo su forma de ser, destacando su lado sensible, era ella misma quien escribía y no otra.
Meses más tarde publicó su primer libro, la historia de aquel hombre. Recibió una carta gracias a la fama que había conseguido de la mujer del anciano que decía: ''Hola Alina, te felicito por tu nuevo libro y te doy las gracias por revivir la historia de una persona con la que todo el mundo era arrogante y pensaban que su historia era aburrida y sin importancia, él ahora no está con nosotros, murió hace dos semanas pero estoy segura de que si hubiese tenido la oportunidad de ver esto estaría orgulloso de ti, de nuevo, gracias''
Alina con tan solo 17 años se dio cuenta de que no hace falta seguir un camino único para encontrar tu vida, nacer, estudiar, trabajar y morir; ya que entonces supo que detrás de eso uno puede hacer lo que realmente le apasiona sin sentirse obligado por ello.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Respira

Solo el conocimiento de las propias carencias permite subsanarlas. Sócrates



Respira hondo, coge todo el aire que puedas y no lo sueltes hasta que no puedas más, como si de un recipiente inundado de agua se tratase. Así es como te sientes, ahogado, sin saber que hacer dentro de ese montón de agua, sabes que te queda muy poco tiempo pero aun así luchas, agitado mueves el cuerpo intentando salir, tus ojos no ven más que la parte más profunda del recipiente mientras el agua entra por tu tráquea, ya no hay marcha atrás, estás ahogado, inundada tu respiración por un monton de líquido proveniente de un grifo de una cocina, ahogado mientras un millar de sentimientos surgen de tu mente, también ahogada a punto de explotar. No aguanta más. 
Tal vez sea hora de luchar, de intentar cerrar el grifo que inunda tu vida, que seas tú quien lo cierre y no otra persona, que te levantes aun agonizando, aun sabiendo que el agua ha corrompido todo tu sistema respiratorio. Tienes que cerrarlo, consíguelo. 
Inspiras con tanta dificultad que solo consiguen salir una especie de silbidos con muy poca fuerza. ¿Quién eres ahora? Tal vez hayas conseguido poner fin al infinito riego de ese recipiente, has conseguido cerrarlo, ¿ahora qué? Medio ahogado consigues arrastrarte por el suelo, sin fuerzas, necesitas que alguien te salve y te consiga sacar el agua que tienes dentro, aquella que no te deja respirar bien. Imposible. En una cocina vacía sin nadie y tú ahí tirado, sin poder gritar y a penas poder integrar oxígeno en tu organismo. Patético. 
A veces hay que darse cuenta de que no siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte, que esté cerca de ti para salvarte la vida, para que dejes de ahogarte ya que solo te tienes a ti mismo y a nadie más. No se trata de la soledad, de que no haya gente que te quiera o que te apoye cuando más lo necesitas, simplemente estás solo, ahogado en los momentos en los que intentas gritar, llamar la atención para sobrevivir como si fuese el graznido de un cuervo al que todos ignoran.
No hay nada que hacer ya que en todo este tiempo en el que has estado leyendo esto, has terminado ahogándote. 

sábado, 5 de julio de 2014

Es de locos

¿Sabes, cuál es la definición, de locura?


Sentado frente a una pantalla transcurre el tiempo, desperdicio cada segundo preguntándome que estará haciendo. Últimamente nada ha sido fácil, no ha sido una buena etapa y tal vez sea yo el único responsable de lo que ha pasado. Intento huir a través de las palabras, tal vez porque son las únicas que me entienden. No consigo encontrar manera de olvidar, no paro de recordar cada instante, cada momento en el que sus labios expresaban una mueca que yo amaba; su sonrisa. Ya no veo ese amor, el desprecio ha invadido cada rincón de lo que antes inundaba mi vida, debo ser el más impuro causante de todo este dolor, no quería, no necesitaba ver sus lágrimas caer por sus coloradas mejillas, esa que tantas veces he mordido, besado y sentido en la palma de mi mano mientras acariciaba su pelo.
Ya no puedo, ya es tarde. Sigo sentado, no me quiero levantar y pienso que así conseguiré hacer que algo cambie, la quiero, necesito hablarle y preguntarle que tal le van las cosas, saber si su felicidad es tan plena como ella da a entender. ¿Será ficticio? No puedo parar, es como si la incertidumbre creciera a cada instante, pensando que podría ser y que sería lo mejor. Intento convencerme a mi mismo de que esto es un ojo por ojo, no es nada más, solo un mal sueño, una mala etapa.
La locura es hacer exactamente lo mismo una y otra y otra vez, esperando a que algo cambie. Y pensar: No, no, esta vez, será diferente. No, en serio, esta vez será diferente. Es de locos. ¿Verdad?
La primera vez que lo escuche no le vi el sentido, pensé que sería una frase sencilla pero luego empecé a ver la complejidad de cada momento el cual invadía las mentes de las personas a mi al rededor. Todos hacían lo mismo, incluido yo, una y otra y otra y otra vez, sin descanso. Nos pasamos la vida esperando a que algo cambie pero, ¿y si nosotros somos el cambio? Lamentarse solo sirve para eliminarte lentamente, pensar que todo va a salir bien después de que hayas olvidado el recuerdo más duro, pero, es algo incontrolable. ¿Quién niega la vida?, ¿quién niega la manera de ser de uno, los gustos, el amor?, ¿quién niega los sentimientos más naturales y sinceros que nunca antes existieron en ninguna otra parte en todo el universo?
No podemos obviarlo, es así. A pesar de todo seguiremos siendo lo que somos día a día, cambiar o no cambiar, decisiones que podremos tomar o simplemente dejar de lado por miedo a realizar ese cambio. ¿Me entiendes?
Tal vez solo la necesito una vez más, tal vez solo quiera decirle todo lo que siento, el silencio nunca ha sido una buena idea y si te sirve de algo desde la más profunda experiencia, nunca mientas. Mentir solo trae problemas y más problemas, exprésate, sin miedo a la vida. El día en el que la gente quiera culpar a alguien no lo harán contigo porque habrás dicho la verdad. La verdad. Curiosa palabra. ¿No crees?
Pero después de todo no podremos evitar lo que la propia anatomía nos inculca. Tu mente siempre estará desacuerdo con tu corazón, nunca se llevarán bien, dos enemigos enfrentados que te hacen pagar un dolor a ti. Control, respira, solo ten paciencia. Puedes llorar, desear tu existencia como nula en este mundo, expresarte sin que nadie te corrija, cada persona tiene una vida que vive mientras aprende a vivir, tal vez solo necesitamos vivir para aprender a hacerlo. El miedo será lo único que pueda frenarte cuando intentes decir la verdad, el miedo será lo único que hará de ti una persona indecisa, un humano sin capacidad de expresión, ¿quieres saber de donde surge el miedo? Te lo he dicho anteriormente, es sencillo, fácil y simplemente darte cuenta.
Pero antes, ¿te he contado, cuál es la definición, de locura?

sábado, 14 de junio de 2014

Decadencia

Dicen que todo lo que sube baja, ¿pero es posible volver a subir tras haber caído?


Entro en decadencia como si bajar una cuesta sin frenos se pareciera a esta etapa, veo aquello que muchos toman como algo simple, algo sin complicaciones, tan solo vivir la vida. Tal vez tenga una manera distinta de vivir en comparación con los demás. Siento la depresión, la angustia de ver como disminuye esa felicidad, la alegría que hace tiempo invadía mi ser, sigo sometido después de tantos años aunque intente esforzarme nunca podré escapar, ni si quiera descansar de tantas horas andando.
Intento subir como si de un globo lleno de helio se tratase, este asciende sin frenos hasta desaparecer de todo campo de visión humano, solo los pájaros consiguen verlo y aún así con dificultad. Siendo libre y dejando que la brisa decida su trayectoria, su único fin es volar gracias a las notas musicales que produce el viento sobre él. Intento ascender como este globo, pero no hago más que hundirme, todo pasa lentamente y me ahogo como si ese mismo globo, lleno de piedras en vez de helio se hundiese por todo el peso que tiene dentro de sí, desciende lentamente y es empujado, tocado y manipulado por otros seres marinos, el agua no le permite respirar y tampoco verlo todo con claridad, sigue un simple camino olvidado por las corrientes marinas al que nunca nadie atiende.
¿Es posible volver a subir? Si encontrara algo que me pinchara tal vez me dolería mucho, que se abriera en mi superficie una grieta que dejará salir todas esas piedras permitiéndome así volver a flotar. Todo ese trayecto dolerá, no será fácil, pero sinceramente prefiero vivir de pie a morir de rodillas. Quizás a ras del mar, alguien consiga encontrarme y reparar esa grieta para así poder aprender a volar. Tal vez ese alguien sea yo mismo. A lo mejor puedo ascender como siempre había soñado y tal vez así, pueda dejar de lado toda esa decadencia que inunda mi ser, mi manera de pensar y sobre todo de actuar.
Será un camino difícil, pero tal vez al final de mismo encuentre lo que realmente quiero, puede que eso sea así y después de tanto camino pueda flotar en el aire como un globo sin ningún rumbo, simplemente libre. O tal vez. Tal vez solo estoy equivocado.

martes, 10 de diciembre de 2013

Celos artificiales

Los celos son la manera de expresar amor hacia alguien y odio hacia nosotros mismos. 


¿Quién diría que un día te acabarías enamorando?¿Qué tendrías la necesidad de vivir, compartir y sentir todos tus momentos con una persona en concreto?¿Quién te iba a decir a ti que encontrarías a lo que crees ser el amor de tu vida? Muchas preguntas por resolver.
Todo empieza siempre dentro de la medida de lo que para cada uno es el amor. Lo que quiero decir con esto, es que cada persona está acostumbrada a su manera de amar, es decir, su manera de vivir el cariño, los sentimientos y el deseo. Tarde o temprano siempre hay una persona que te marca mucho más que todas las demás por la que pasas días enteros pensando, sabiendo que es distinta, especial y que aunque no creas en el amor ideal, está hecha exactamente a tu medida, tanto con sus cosas malas y otras no tan malas. Es amor.
¿Quién dice que los celos son algo malo? Yo creo que pueden tener dos caras muy parecidas y a la vez muy distintas, como el ying y el yang. Lo que pretendo decir es que los celos hacia una persona demuestran amor, aprecio, protección, posesión. Solo la quieres para ti, estás enamorado, es normal, pero no puedes controlar cada minuto de su vida. Cada persona tiene sus emociones y siente cosas distintas por cada instante, cada minuto que pasa de su vida, el pensamiento humano cambia más que todos los estados naturales del agua a lo largo de la existencia de la Tierra. Claro que, es obvio que amas a esa persona, que la aprecias y la respetas, pero ... ¿no confías en ella?¿o quizás te odias por saber que si lo haces pero de todos modos, sigues celoso? Son un poco liosas todas estas preguntas, porque al fin y al cabo tu la quieres, la conoces y sabes que estará ahí y no te fallará, pero ¿te odias por seguir siendo celoso? No. La respuesta es tan clara como cualquier otra característica humana.
Confías tanto en ella como en ti mismo, de quién más desconfías es de la gente que ronda por este mundo en el que vivimos.
Ya sabes lo que es el amor y que cada persona está unida a otra mediante un vínculo sentimental muy intenso y que este vínculo se puede potenciar con muchísimos factores, pero la confianza no siempre es certera hacia todos, después de todo lo único que nos demuestra el mundo es saber que en los únicos que podemos acabar confiando, es en nosotros mismos. Mientras conozcamos como sigue y seguirá siendo el planeta
, la confianza y el aprecio hacia los demás se perderá con el paso de los años.
Confía en quien te inspire confianza, ser defraudado o no depende de lo preparado que estés antes de expirar.

martes, 3 de diciembre de 2013

Enseñar para olvidar

El gran error está en enseñar para aprobar, no para aprender.


Todos los días me levanto a la misma hora para ir al mismo lugar. Desayuno, me preparo y con un ritmo firme empiezo la rutina de la larga semana. Allí, en el instituto, están todas esas caras conocidas que he visto durante tantos años, personas nuevas que entran sin conocer a nadie o a unos pocos. Tanta gente nueva, alumnos y profesores que bien proceden de otros centros o que empiezan en el mundo del magisterio. 
Los profesores. Cada día paso seis horas con seis profesores distintos para cada asignatura, son todos muy diferentes y cada uno con sus peculiaridades. Todos empiezan igual: "Mi nombre es Fernando para los que no me conozcan soy vuestro profesor de matemáticas y bienvenidos a un nuevo curso." Los profesores de hoy en día, la mayoría, no dan la motivación necesaria para que nosotros los alumnos querramos aprender ni descubrir cosas nuevas, solo es aprobar para seguir adelante y al final olvidarte de todo ese largo temario que costó tanto memorizar. 
A lo largo de mi vida he tenido unos tres o cuatro profesores contados que a parte de enseñarme su asignatura, motivarme para aprenderla y ser buenas personas, todos me han dado una lección de vida. Esos pocos que yo conozco y que me hacen apreciar el valor de la verdadera enseñanza. 
Este curso ya no tengo ni tendré nunca más las entretenidas y educativas clases de estas personas que tanto me han demostrado, por suerte aún los veo por los largos pasillos del instituto y les saludo con mucho aprecio. Ahora solo "aprendo" para aprobar, solo me enseñan para ello, y sobre todo, para olvidar.
Muchos de los profesores nos hablan de la puntualidad y de que los deberes hay que tenerlos hechos para mañana. Hipócritas. Después de hacer un examen tardan semanas en darnos nuestras notas e incluso he tenido profesores que directamente no las dan y ponen la típica excusa de: "no he tenido tiempo" o "es que son muchos examenes" y ahora yo pregunto: ¿en una semana entera o incluso dos, no has tenido tiempo de corregir unos treinta y pico examenes a lo mejor en una o dos horas? Excusas. Luego, cuando un alumno pone esa excusa le amonestan y bajan su nota académica y quizás, solo quizás es verdad que esta persona no ha tenido tiempo para hacerlos, aunque la mayoría de veces, también son excusas nuestras solo porque no queremos hacerlos.
De todos modos esto seguirá así y las quejas serán sancionadas con penalizaciones y notas bajas.
Mientras que el mundo cae en la ignorancia por aprobar, los que saben serán los cultos en poder enseñar. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

La versión del simple estudiante

Amo la enseñanza pero odio la educación.


Te despiertas a las siete de la mañana o antes, después de haber dormido escasas horas preocupado por un examen que tienes a primera hora el cual decidiste estudiar la noche anterior. Te levantas y vas al baño a asearte y despejarte un poco para el día que te espera. Preparas las cosas, desayunas algo rápido para no retrasarte y mantienes ese libro y esa mochila que tanto pesa de camino hacia el lugar. Te das un poco de prisa y aligeras el paso para no llegar tarde a ese sitio tan rutinario, la escuela.
Al entrar están todos tus compañeros y profesores a los que ves todos los días, salvo los fines de semana, te encierras seis o más largas horas dentro de ese lugar, esperando a que pase el tiempo en una silla de madera mientras haces creer que prestas atención a tus profesores. Te mueves por los largos pasillos de un aula a otra cargando esa pesada maleta con tantos libros y libretas, ya es costumbre ¿qué más da? tu espalda sabe que el dolor es inútil y seguirás así todos los días hasta que puedas salir de ese lugar después de tantos años, ¿para qué? para aprender y estudiar cosas que sabes que acabarás olvidando tarde o temprano.
Vuelves a tu casa, comes, descansas y, más tarde, empiezas a estudiar todas esas asignaturas y a hacer todos esos folios de deberes marcados a lo largo de la semana pasada y la que te espera. Una vez hecho todo esto vas a la cama y duermes hasta la mañana siguiente para repetir el proceso dicho anteriormente. La rutina del estudiante.
En la escuela, a nosotros los estudiantes, nos quitan nuestra creatividad y nuestra imaginación y nos ciñen a ese increíble ''Plan de Estudio'', por lo tanto perdemos esa inspiración que necesitamos para aprender aquello que realmente nos gusta, obviamente los alumnos estudiamos con poca gana ¿y por qué? porque no nos dan la motivación necesaria para saber que lo que estamos haciendo está bien. La educación nos enseña a competir entre nosotros y no a colaborar, a demostrar quien puede, quiere y debe ser el mejor en todas las materias del curso. No hay participación ni voluntad propia a la hora de ofrecerse para ayudar a algún compañero de clase.
Los profesores, la mayoría de ellos, odian que nosotros, los alumnos, tengamos la razón en algo que ellos piensan que no es así, nos limitan nuestras opiniones. La expresión está encerrada en una caja de pensamientos falsos y erróneos para muchos, no puedes decir lo que quieres ni demostrar quien eres y lo que quieres ofrecer al mundo, todo está planeado inconscientemente para que te sientas inferior al resto del planeta.
Luego está el problema económico por el que todo el mundo protesta, suben precios, hacen recortes y cada vez los materiales son más caros, las personas que limitan la educación no conocen la verdadera esencia de la enseñanza.
Como digo, me encanta aprender y si la enseñanza fuese como yo, y creo que todos, queremos que sea probablemente la educación mejoraría de una manera radical.
A día de hoy tan solo querer no suele ser poder, hoy en día el deseo y los sueños deberían superar el poder de lo que la gente cree por ''imposible''.

Seguidores